Hablando de dióxido en grandes dimensiones…
Es de conocimiento general que los habitantes que vivimos la tierra somos
alrededor de seis mil ochocientos quince millones de personas, distribuidos en
198 países; todos participamos activamente en la conservación de nuestro
planeta o en la destrucción del mismo. Las grandes cantidades son complicadas
por naturaleza, más si se trata de nosotros como especie racional que es lo que
nos distingue de las otras especies vivientes en el planeta.
Científicamente nos hemos caracterizado por ser los únicos seres racionales,
pero los humanos hemos adoptado estilos de vida que nos estamos autodestruyendo
nos hemos distraído de lo que realmente es importante para la sociedad en
general, incluyéndonos a nosotros mismos. Las grandes concentraciones humanas
en las ciudades y las ideologías consumistas han contribuido mucho a que la
vida se haya transformado a tal grado que estamos viviendo en un mundo
superficial.
El tema que nos atañe específicamente es la influencia del dióxido de carbono
y su influencia en el desarrollo de toda la naturaleza, en la tierra como
planeta viviente. Nos reconocemos como responsables directos de la producción
exagerada de dióxido de carbono en el ambiente; estamos inmersas en esta
sociedad irresponsable que no cree necesario cambiar las formas de vivir para
estar mejor.
Está comprobado que las grandes cantidades de dióxido de carbono dañan nuestro
ambiente y no cambiamos; las campañas ambientales, televisivas en documentales
y reportajes, se cansan de repetirnos lo que está sucediendo y lo que sucederá
en algunos años más y todavía no dimensionamos la magnitud del problema en el
que estamos. Al parecer a nadie le importa lo que sucede, al menos eso parece o
son muy pocos los interesados todavía que no hacen gran influencia mundial.
Las políticas nacionales de los países y los grandes monopolios de
producción son los principales problemas que tenemos que resolver, son ellos
los que nos han ido llevando a estos estados de vida que ya no está garantizada
la preservación de nuestra especie.
Al acelerar los sistemas de producción, se consumen más recursos naturales
de la tierra, al procesarlos, se crean mayores cantidades de dióxido de carbono
y no se considera la renovación de
fuentes que creen oxígeno. La población humana siente el derecho de poseer la
tierra, de disfrutarla, de saquearla pero no de cuidarla; exige y ejerce un
derecho que le fue otorgado por naturaleza.
Lamentablemente, la flora y la fauna están a merced nuestra, en estos
últimos años, nos hemos convertido en depredadores terrestres, todo lo destruimos
o lo transformamos para beneficio y comodidad nuestra. Los animales están muriendo
en grandes cantidades por las acciones erróneas de los hombres a tal grado de
la extinción de las especies; las plantas también, las grandes deforestaciones
hacen que el ambiente no cree oxígeno natural. Todos estos atropellos a las
especies complementarias de los humanos contraen consecuencias en su propio
bienestar. Aún así, el hombre está concentrado en hacer riqueza monetaria para
sus descendientes por generaciones, sin saber si realmente éstos podrán vivir
en este mundo contaminado.
Pero, qué podemos hacer si ya somos parte de esa contaminación, si nuestros
cuerpos contienen grandes cantidades de dióxido de carbono en nuestra sangre,
si a consecuencia de ello padecemos ahora enfermedades mortales que hacen que
nuestros cuerpos se pudran por dentro y por fuera, que sufran dolores
insoportables y que tengan vidas más cortas.
En nuestra alimentación no existe nada sano ya, al menos que haya sido
cultivado por nuestra cuenta; los alimentos del supermercado son parte de esas
producciones aceleradas que contienen altas cantidades de químicos para
poderlos desarrollar a menor tiempo.
Creemos, que como pobladores comunes, las pequeñas acciones podrán
contribuir de forma milimétrica a la conservación del ambiente. Cambiar
nuestros estilos de vida en cuanto al consumo de energéticos; accesorios,
cosméticos, electricidad, servicios de distinto tipo, entre otros.
Estamos convencidas de que nuestro proceder es importante en todo lo que implica
a la preservación del ambiente, es más sentimos ese compromiso que nos han
heredado las generaciones anteriores; consideramos necesario empezar a
establecer límites de consumo en todos los sentidos, sólo empezando por
nosotras mismas podremos influir en los demás.
Ahora bien, ¿Qué sucedería si las plantas
dejaran de producir oxigeno?
Nuestro planeta funciona a través
de ciclos muy equilibrados, los cuales ayudan a que se renueven nuestros
recursos naturales, hasta ahora siguen funcionando, pero cada vez le es más
difícil a la naturaleza renovar estos recursos,
y el que más le está costando es el CO2 mejor conocido como “dióxido de
carbono”, tal vez nos preguntemos el por qué de esta causa, o pensemos que es
imposible que esto esté sucediendo, pero como lo estamos viendo hoy en día
nosotros como seres humanos estamos aportando una mayor emanación de este tipo
de gas enviándolo directamente a la atmósfera, provocando este fenómeno tan
escuchado llamado el efecto invernadero, el cual hace que los rayos del sol se
mantengan dentro de la atmósfera provocando un sobrecalentamiento en nuestro planeta
el cual todos estamos sufriendo hoy en día.
Los desastres naturales como
huracanes, sequías, terremotos, incendios, tornados y tsunamis que nos están
ocurriendo con más frecuencia que hace algunos años se deben a que este calentamiento esta desequilibrando
a la naturaleza y lo peor del caso es que nosotros somos los culpables de que
esto esté sucediendo, pues estamos más inmersos en el dinero, consumismo y
nuestro egoísmo, dejando de lado el cuidado de nuestro principal hogar, el
planeta.
Tenemos que reaccionar
rápidamente por que se nos está terminando el tiempo, pues como se puede ver en
el documental “6 Grados que Podrían
Cambiar el Mundo”. (Documentales de National Geographic Society) absolutamente todo lo que hacemos repercute a
nuestro medio ambiente, y lo que más me llamo la atención es que en el verano
del 2003 sucedió un fenómeno inesperado en el continente europeo, se
interrumpió la fotosíntesis, un proceso natural de las plantas con el cual
recuperan el CO2 del ambiente convirtiéndolo en oxigeno, pero en esta ocasión
las plantas retenían el oxigeno y liberaban dióxido de carbono por el intenso
calor, ahora imaginemos que todas las plantas del mundo sufrieran este fenómeno.
Pensemos que es lo que estamos
haciendo con nuestros bosques y selvas, los estamos talando, contaminado, se
incendian debido a algunos descuidos humanos, pensemos si realmente esto es lo
que queremos, para nosotros, para nuestros hijos o nuestros descendientes, ¿Qué
debemos hacer para solucionar este problema? Primero que nada debemos empezar
con nosotros mismos tratando de reciclar lo mas que podamos, no tirar las pilas
a la basura si no llevarlas a un centro donde las recolecten y las reciclen,
tratar de que nuestro hogar consuma la menor cantidad de energía posible,
cambiando los focos por unos que ahorren luz, desenchufar los aparatos
electrónicos que no estemos utilizando, entre otras cosas que seguramente ya
hemos escuchado. Por favor reacciona, solo tenemos un planeta y de él vivimos
todos.
Equipo 4
Norma Granados Silva
Fabiola Wendolin Gómez Aguilar
Rubí Chávez Vargas
Alejandra Rocha
Lizbeth Cabral Sandoval
Cecilia Romero
Myriam Aguilar Resendiz
Referencias
http://nolosabia.wordpress.com/2008/10/11/%C2%BFcuantos-seres-humanos-habitamos-el-planeta/
http://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/Fotosintesis_Medioambiente.html
http://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/Fotosintesis.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario