Dibujo por: Andrea M. González Bernal
Primero
formamos nuestros hábitos, luego nuestros hábitos nos forman a nosotros
- J.
Dryden
Hoy en día los vampiros que atacaban
las pequeñas aldeas en las terroríficas historias de la antigüedad siguen
asechándonos, pero ya no son
precisamente criaturas mitológicas sino una realidad de la vida cotidiana que
nos amenaza día con día para destruir a nuestro planeta.
Los aparatos electrónicos en los
hogares son nuestros vampiros del presente, estos se escabullen silenciosamente
para tomar la corriente eléctrica, que es parte importante para el uso de
nuestros hogares; como la televisión, el DVD, la computadora, los teléfonos
eléctricos, cargadores y, demás aparatos que consumen energía son llamados
vampiros electrónicos, ya que a pesar de estar apagados siguen consumiendo
energía eléctrica provocando así no solo
un considerable aumento en nuestra factura, sino también causando un gran daño
al medio ambiente debido a las emisiones de dióxido de carbono que son las
causantes de los cambios climáticos que ahora atormentan a toda la población o bien al planeta entero.
La aparentemente grandiosa creación
del sistema “stand by”, es la razón por la cual nuestros hogares se encuentran
plagados de estos vampiros electrónicos, donde su función es la comodidad de la
humanidad, pero de igual manera es ganarse un enemigo más que debemos combatir
para proteger a nuestro medio ambiente.
Tal vez en alguna ocasión
anterior, por alguna circunstancia experimentamos la ausencia del servicio de
energía eléctrica y nos dimos cuenta lo importante que es para el
funcionamiento de muchos de los aparatos eléctricos que hoy nos brindan
cuidados, diversión y comodidades. Que hacer sin la televisión o la
computadora, sin iluminación durante la noche, o sin el refrigerador, la
lavadora o el clima. No cabe duda, dependemos del uso de la electricidad para
realizar gran parte de las actividades que realizamos diariamente de manera
cotidiana.
Nos resulta sencillo accionar un
switch para usar libremente la electricidad, la sacudida viene unas semanas
después cuando llega el recibo para pagar el consumo, que puede ser de cientos
o miles de peso, dependiendo de algunos aspectos clave:
v
Que
tantos aparatos eléctricos tenemos funcionando en nuestro hogar,
v
El
tiempo que dura su funcionamiento,
v
La
eficiencia, calidad y tipo de los
aparatos, e incluso su antigüedad,
v
El
mantenimiento e innovación de las instalaciones eléctricas en casa y
v
de
los cuidadosos que somos como consumidores.
Una televisión de 42
pulgadas que indica por medio de una etiqueta el consumo diario de energía que
esta ocupa, en caso de que este en uso, solo 5 hrs al día se utilizan 320 k/w y en modo “stand by” por
19 hrs. utiliza 3,8 k/w de energía diarios, aumentando desde un 5% o hasta un
20% la factura del servicio de electricidad, dependiendo el número de aparatos
electrónicos en casa, solo por el hecho de mantener enchufados algunos aparatos
del uso diario, aunque no se estén utilizando.
El uso racional de la corriente
eléctrica va más allá de los gastos que implica de manera personal, que ya con
eso resulta de importancia, pues otro aspecto, es el impacto ambiental que se
produce, cuando no somos consciente de los que le cuesta al planeta la
producción de este valioso recurso, que desperdiciamos, día tras día de
diversas formas. Por ejemplo, las centrales termoeléctricas utilizan
combustibles fósiles como la base de su funcionamiento para la generación de
electricidad y libera grandes cantidades de gases contaminantes entre ellos el
bióxido de carbono (CO2), que es un gas de invernadero, pues
contribuye al calentamiento global del planeta y las consecuencias preocupantes
que hoy nos aquejan, como el cambio climático.
La voracidad con la que agotamos
los recursos del planeta, recorta nuestro tiempo de acción en busca de medidas
de corrección, actuamos sin pensar en las consecuencias y no podemos dejar que
las situación, que ya es preocupante, nos rebase aún más, hagamos algo al
respecto, iniciando con nuestro propio hogar.
¡Cómo gastamos tanta energía
eléctrica!, es una expresión que quizá escucharon alguna vez, ¿Qué tal si nos
planteamos desde el momento en que recibimos el flujo de corriente a nuestro
domicilio? Observemos lo que pasa, debemos ser consumidores responsables.
- Si desconectamos todos los aparatos eléctricos de
nuestra casa y el medidor de electricidad continua marcando que hay
consumo, definitivamente las instalaciones eléctricas deben ser revisadas
y reemplazadas o innovadas, o si es necesario darles el debido
mantenimiento.
- Si conectamos ahora los aparatos, aunque estén
apagados, encontraremos que aun así consumen energía, por lo que si no se
usan lo correcto es desconectarlos.
- Si nuestra vivienda no tiene suficientes
contactos o conexiones, somos muy dados a usar múltiples extensiones,
incluso empalmadas, rebasando capacidad y sobrecalentado el sistema, lo
que incrementa el desperdicio de energía y el riesgo de un corto circuito.
- La falta de información, capacitación o consciencia sobre esta problemática o
incluso la propia apatía al respecto nos lleva a dejar aparatos,
cargadores y reguladores funcionando, sin utilizarlos, lo que resulta lamentable.
- Pensar en el diseño, color, iluminación y
aislantes que se pueden usar en casa, para darle un uso racional y
justificado a los climas y calentadores, entre otros aparatos eléctricos.
- Llevar registro del consumo de energía al ritmo
en que se tomen medidas para su cuidado, a fin de motivar y fortalecer
esta conducta comprometida con nuestra economía y la ecología del planeta.
ü
Registra
paso a paso durante un día (desde que te levantas), todas las actividades que
realizas y requieres usar electricidad, de alguna manera.
ü
Realiza
un conteo de los aparatos eléctricos en tu hogar y clasifícalos en:
- Indispensable: Son vitales para el funcionamiento
del hogar.
-Útiles pero no necesarios: Nos brindan un servicio,
pero se puede reducir su uso notablemente
-Prescindibles: no pasa nada si no se usan.
ü
Identifica
aquellos aparatos, de los cuáles tenemos en casa varios, y elabora un plan para
reducir su cantidad, coordinándose para usar solo uno.
Ejemplo. Una familia donde hay una televisión para
cada integrante de la misma.
Por algo se inicia y para ayudar
a salvar a nuestro planeta es indispensable que comencemos por nuestro hogar.
Es una buena idea hablar con toda la familia y concientizarlos acerca de este
tema, elegir un punto a investigar, para estar mejor informados y así tomar
mejores medidas.
En conclusión hay que entender
que esta clase de vampiros no se elimina con ajo, agua bendita o estacas de
madera, son vampiros modernos, por lo tanto la única forma de acabar con ellos
es desconectarlos de la red eléctrica. Sus brillantes ojos en algunos aparatos
eléctricos los delataran en seguida, no es muy difícil encontrarlos. ¡Es
nuestra responsabilidad terminar con esta amenaza!
Lorena Quilantán García
Abigail Hernández Martínez
Jacqueline Ortiz Vázquez
Andrea M. González Bernal
Elena G. Mendoza Guevara
Juana Sánchez Guerra
Selene Rodríguez Ramos
Valeria Licea Sánchez
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